El Paime (Programa de Atención Integral al Médico Enfermo) ha atendido desde su puesta en marcha en 2007 a 200 facultativos de Castilla y León —una veintena de León— con problemas psíquicos y conductas adictivas. Ofrece confidencialidad y privacidad. Impulsado por los colegios de médicos, está financiado por la Consejería de Sanidad
Las estadísticas de los colegios de médicos reflejan que los profesionales de la salud reciben una menor atención sanitaria.
«El problema es que el médico enfermo no se ve como un paciente, lo que le lleva a automedicarse y a buscar consejo en otro colega en la barra de un bar. Está demostrado que los profesionales de la salud nos encontramos entre la población que recibe una menor atención sanitaria». El director técnico de Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (Paime), Juan José Aliende Miranda, explica que el servicio tiene como finalidad atender de manera integral con asistencia sanitaria, atención social, apoyo legal y asesoramiento laboral, a los médicos que sufren problemas psíquicos y conductas adictivas, asegurar que reciben un buen tratamiento y que vuelvan a sus puestos de trabajo con las garantías adecuadas para ejercer su profesión. Impulsado por los colegios de médicos y financiado con 35.000 euros por la Consejería de Sanidad de Castilla y León, «cuida del profesional y del funcionamiento de las organizaciones sanitarias».
Por este servicio que garantiza la confidencialidad y la privacidad de las terapias, han pasado desde el año de su creación en 2007 un total de 198 médicos del sistema público sanitario de Castilla y León —una veintena de León— que recurren a los psiquiatras y los psicólogos con los que se han firmado convenios para recibir tratamiento que garantice el anonimato. «El médico enfermo es un paciente complicado»— asegura Juan José Aliende— «no nos vemos como pacientes. Al principio nos cuesta reconocerlo y la confidencialidad en los tratamientos es muy importante. Los médicos que recurren al Peime son atendidos en consultas privadas por confidencialidad porque no pueden estar en consultas en las que puedan coincidir con sus propios pacientes y romper ese anonimato que garantiza la confidencialidad en la relación médico y paciente».
Ansiedad, estrés y problemas con el alcohol son las causas que provocan más consultas, con un aumento de Médicos Internos Residentes (MIR) «que se enfrentan por primera vez, tras salir de la carrera, al ejercicio profesional, las complicaciones y el choque con la atención del enfermo».
Para el coordinador del Paime en Castilla y León «estas enfermedades repercuten muy negativamente en la vida cotidiana, tanto en el entorno familiar como en los círculos profesionales. Nuestro objetivo, como colegios de médicos, es garantizar que los pacientes están bien atendidos y vigilamos que el médico esté en perfectas condiciones para el ejercicio de su profesión. Si no es así no le damos el alta».
El Paime atendió en el 2018 a 59 pacientes, de los que 20 son médicos que se acercan por primera vez al programa, que cada año aumenta el número de peticiones de ayuda. En el programa permanece en tratamiento un médico leonés, «pero la media de leoneses que recurren al Paime es de dos al año». De los 59 médicos atendidos en el año 2018, 53 continúan en tratamiento, dos ya están de alta, uno se ha jubilado y tres abandonaron el programa.
ENFERMEDADES – Ansiedad
El Paime, creado en el año 1998 enel Colegio de Médicos de Barcelona, nace como herramienta del Código de Deontología Médica de la Organización Médica Colegial (OMC). El 9 de mayo de 2007 se firmó con Valladolid un convenio para el desarrollo del programa entre la Gerencia Regional de Salud de Castilla y León y el Consejo de Colegios Oficiales de Médicos de Castilla y León con César Ántón como presidente de la Gerencia Regional de Salud, y el presidente del Consejo Autonómico de Colegios de Médicos de Castilla y León, José Luis Díaz Villarig.
«El convenio comenzó con una aportación económica de unos 53.000 euros anuales pero ha ido bajando con el tema de la crisis y ahora está en 35.000», asegura el director técnico.
Para el seguimiento se creó una Comisión Mixta paritaria entre la Gerencia Regional de Salud y el Consejo de Colegios Profesionales de Médicos de Castilla y León.
Los médicos que necesitan hospitalización se derivan a la clínica Galatea de Barcelona. «Esos ingresos los paga el Consejo de Médicos y la Organización Médica Colegial a través de su patronato. En 2018 no se produjo ninguna hospitalización».
Los trastornos mentales son el diagnóstico mayoritario de los nuevos pacientes del Paime en 2018 —19 casos—, seguidos por la adicción a sustancias—dos—, abuso de alcohol —tres—patología dual (salud mental y adicción al alcohol —cuatro—. En la mayoría de los casos son los colegas, el servicio de salud laboral, el psiquiatra o psicólogo o el médico de familia los que derivan a los médicos enfermos al programa. «Poco a poco el Paime se va conociendo mejor y son los propios médicos enfermos los que llaman para enteresarse por el programa», asegura Aliende, director técnico de un programa coordinado por el presidente del Colegio de Burgos, Joaquín Fernández Valderrama.
El Paime, creado en el año 1998 enel Colegio de Médicos de Barcelona, nace como herramienta del Código de Deontología Médica de la Organización Médica Colegial (OMC). El 9 de mayo de 2007 se firmó con Valladolid un convenio para el desarrollo del programa entre la Gerencia Regional de Salud de Castilla y León y el Consejo de Colegios Oficiales de Médicos de Castilla y León con César Ántón como presidente de la Gerencia Regional de Salud, y el presidente del Consejo Autonómico de Colegios de Médicos de Castilla y León, José Luis Díaz Villarig.
«El convenio comenzó con una aportación económica de unos 53.000 euros anuales pero ha ido bajando con el tema de la crisis y ahora está en 35.000», asegura el director técnico.
Para el seguimiento se creó una Comisión Mixta paritaria entre la Gerencia Regional de Salud y el Consejo de Colegios Profesionales de Médicos de Castilla y León.